Castillo de Neuschwanstein
donde los sueños se hacen realidad
Neuschwanstein, el castillo de la Bella Durmiente
En una época en la que la magia de los castillos ya no formaba parte de la corte-ni el pueblo, Luis II de Baviera, apodado el Rey Loco, se atrevió a soñar y proyectar un castillo que pasaría a la historia, no solo por su belleza de ensueño, también porque sirvió de inspiración al mismísimo Walt Disney para la creación del castillo de la Bella Durmiente.
Más de 200 habitaciones. Una composición sin construcciones defensivas. Innovaciones inéditas para la época y una decoración con referencias a las leyendas y el folclore alemán. Son solo algunas de las curiosidades del castillo romántico por excelencia.
Concebido para ser un refugio romántico más que una fortaleza defensiva al uso, desafortunadamente el Rey Loco no asistió a su apertura al público, ya que murió pocas semanas antes de poder ver terminado su proyecto.
Y, aunque él no pudo contemplar su obra finalizada, nos dejó un legado sin igual que hoy en día podemos disfrutar.
¿Fue Luis II de Baviera un loco o un romántico empedernido? Sea como sea, el Castillo de Neuschwanstein es un viaje hacia la esencia de uno de los reyes quizás más melancólicos que hayan existido. Una melancolía que acabó terminando con él.
¿Quieres conocer más sobre el Castillo de Neuschwanstein?
La idea del castillo comenzó a hacerse realidad en 1869, cuando el rey encargó el diseño nada más y nada menos que a un escenógrafo teatral para que proyectase un espacio teatral más que funcional. Así, el Castillo de Neuschwanstein era un decorado viviente que servía de refugio para la imaginación y el mundo romántico del rey.
A pesar del estilo Neo-gótico y Neo-románico, el castillo contaba con toda una serie de avances la época como calefacción central de aire caliente, luz eléctrica, agua corriente caliente y fría e incluso una línea telefónica.
Como curiosidad, cabe destacar las pinturas inspiradas en las óperas de Wagner, a quien el rey idolatraba y tuvo que desterrar en contra de su voluntad, por la influencia que sus consejeros creían que tenía sobre él.
¿Loco o romántico empedernido?
La figura del Rey Loco es imprescindible para comprender el castillo, que es la materialización de sus ideas y obsesiones en su mundo interior idealizado, que, al final acabaría con él y con un reinado que detestaba por las obligaciones.
Obsesionado con Wagner y su música, los castillos eran otra de sus fijaciones románticas.
Un castillo con caos melancólico
En medio de un paisaje que parece sacado de un cuento, el Castillo de Neuschwanstein presenta una inusual forma asimétrica sin aparente orden, lo que le confiere ese aire de romanticismo. Su interior se compone de 200 cuartos, entre los que destacan estancias como la Sala del Trono, la Sala se los Cantores o la habitación del Rey: todas de dimensiones colosales.
Como verás, en Alemania, el romanticismo se hace latente en sus paisajes de ensueño y castillos como Neuschwanstein, que nos siguen haciendo soñar siglos después, gracias a ¿la locura? O imaginación desbordante de un rey inadaptado y que probablemente solo quería soñar. Cierto o no, lo mejor será visitar el castillo para sumergirse en su mundo ¿no crees?
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