¡Bienvenidos a la capital de Baviera! Más allá del evento internacional que cada otoño desde 1810 reúne a amantes de la cerveza de los cinco continentes, la Oktoberfest, Múnich vibra por sí misma en cualquier época del año y promete un viaje sorprendente y fuera de las convenciones.

Situada en las inmediaciones de los Alpes Bávaros y fundada por los monjes benedictinos, de ahí la explicación de su curioso escudo, es actualmente la tercera ciudad más grande de Alemania y ha tenido siempre un peso muy importante en la historia del país como portadora de la cultura y tradición bávara.

La Marienplatz, centro de la ciudad, nos da la bienvenida a esta maravillosa gema germana. Desde aquí, podremos caminar hacia el mercado de Viktualienmarkt; contemplar el doble campanario de la catedral y el Teatro de la Ópera; dejarnos maravillar por la Residencia, el palacio urbano más grande del país y antigua residencia oficial de los reyes de Baviera que alberga joyas en su interior tales como La Sala de Antigüedades o El Tesoro y tomar un poco de aire fresco en las inmediaciones del Palacio de Nymphenburg o en una visita a su embrujado jardín botánico. Toda una experiencia que, como no podría ser de otra forma, tiene el sabor a la mejor cerveza del mundo.

Además su proximidad al Castillo de Neuschwanstein y a la ciudad austríaca de Salzburgo, permiten realizar la visita de estos lugares desde Munich.